Yolanda Reyes, escritora, periodista, promotora de lectura y educadora colombiana dice:
“Porque a los niños les gustan las historias. Porque en el fondo, cada vida es una historia. Y al asomarse a las páginas de un libro, los niños se asoman a la infinidad de historias de la vida de la gente.
Porque los niños son curiosos como cualquiera de nosotros. Y quieren saber qué piensan otras personas, cómo se sienten, cómo resuelven sus problemas, cómo se enamoran, por qué lloran y se ríen, qué sueñan y cuáles son sus pesadillas.
Porque los niños no tienen tantos años de experiencia. Y los libros les «prestan» la experiencia ajena de quienes han vivido más, para «leerse» en ella.
Porque los niños saben que, detrás de un cuento, vendrán papá o mamá a leerles cada noche. Y saben también que se quedarán a la orilla de la cama y no se irán a atender sus asuntos adultos ni apagarán la luz, al menos, hasta que ese cuento se termine.Y por eso siempre piden que les cuenten otra y otra y otra vez. Porque un libro es como una barca que conecta dos orillas: día y noche, sueño y vigilia, luz y sombra.
Y, en esa barca, los niños se deslizan lentamente desde el mundo real hacia el mundo de los sueños…”

